Aunque utilizadas habitualmente por los docentes de forma espontánea, el uso planificado de estas estrategias generará mejoras notables en el rendimiento académico de los alumnos con TDAH (u otras necesidades educativas especiales).
1. Libertad de elección de aprendizaje (instructional choice)
Consiste en ofrecer al alumno dos tareas parecidas entre las que elegir. También puede decidir con quién trabajar, en qué lugar y con qué materiales llevar a cabo la actividad.
Ventajas:
- Aumenta la motivación y el compromiso emocional.
- Fomenta la autonomía y la toma de decisiones desde edades tempranas.
2. Oportunidad equitativa de participación
Su objetivo es garantizar que todos los alumnos tengan la posibilidad de participar activamente en clase, evitando que solo intervengan los más aventajados o extrovertidos.
¿Como lo implementamos?
- El docente analiza el tipo de preguntas que formula, la frecuencia y quién suele responderlas.
- Establece un número de oportunidades de participación (por ejemplo, siete durante la clase).
- En cada una de esas oportunidades, los alumnos escriben su respuesta en un papel.
- Las respuestas se muestran al mismo tiempo.
- Se ofrece retroalimentación positiva de forma colectiva o individual.
Ventajas:
- Evita la estigmatización de quienes no suelen participar por timidez o inseguridad.
- Permite al docente tener una visión más completa del nivel de comprensión del grupo.
- Mejora la atención y reduce la ansiedad de los alumnos con TDAH, ya que los tiempos de respuesta están previstos.
3. Elogio específico como refuerzo positivo
Es frecuente que el profesor y otros adultos presten atención a las conductas problemáticas, en tanto que las conductas positivas pasan, por lo general, desapercibidas. Sin embargo, sabemos que reforzar lo positivo tiene un impacto más duradero y efectivo, en particular, en alumnos con TDAH.
¿Cómo lo implementamos?
- El profesor analiza las dificultades del alumno y define las conductas concretas que desea reforzar.
- Registra esas conductas, así como el refuerzo que aplicará cada vez que el alumno las realice.
En función de las características del estudiante, el refuerzo puede ser:
- Positivo: recompensas, puntos, reconocimiento verbal, etc.
- Negativo: eliminación de una tarea poco atractiva, por ejemplo.
Ventajas:
- Genera grandes dosis de motivación.
Los refuerzos deben ser continuados, por la simple razón de que los niños con TDAH requieren estímulos más frecuentes e intensos que sus compañeros.
Además:
- Les recordaremos con frecuencia las reglas de aplicación del refuerzo, porque es probable que las olviden.
- Si el refuerzo pierde efectividad por habituación, lo reemplazaremos por otro que mantenga el interés.
- Y no lo olvidemos: funciona mucho mejor premiar el esfuerzo que recurrir al castigo o las amanezas.
Contenido del vídeo: El refuerzo negativo es una técnica de modificación de conducta que consiste en eliminar un estímulo desagradable o aversivo para potenciar una conducta deseada. En este vídeo te explicamos cómo funciona y cuándo aplicarlo.