Mi hijo tiene 18 meses y no habla
¡No te preocupes, ya hablará!
Esta es la típica frase que oímos cuando pasan los meses y el niño no parece tener demasiada prisa por empezar a hablar. El pediatra la corrobora diciéndonos que nuestro hijo es pequeño y tiene mucho tiempo por delante para emitir las esperadas palabras; la abuela del pequeño, por su parte, nos tranquiliza recordándonos que también nosotros nos rezagamos a la hora de hablar… Y así suele ser, pero la cuestión del lenguaje nos preocupa mucho como padres. Veamos algunos datos tranquilizadores.
El niño comienza experimentado con sonidos y balbuceos y en torno al año empieza a emitir sus primeras palabras del tipo «no», «papá», «mamá» o «agua». Se trata de palabras con las que expresa y nos comunica sus necesidades.
Si estas palabras no se dan hacia los catorce, quince o dieciocho meses, hablamos de un niño con un desarrollo del lenguaje tardío. En este caso, y antes de echarnos las manos a la cabeza, lo importante es observar si el niño muestra iniciativa por comunicarse. Por ejemplo, si nos busca para mostrarnos algo que le llama la atención o le interesa; si señala un objeto para indicarnos que lo quiere; si es capaz de canturrear o emitir algún tipo de jerga previa al uso del lenguaje –aunque nos resulte ininteligible–, que indique que está tratando de comunicarse con nosotros… Lo verdaderamente importante es la existencia de esa intención comunicativa por parte de nuestro hijo.
Dicho lo anterior, si hacia los dieciocho o 24 meses el niño no dice sus primeras palabras, os recomendamos consultar con un especialista para determinar a qué se debe ese retraso. El profesional os dará pautas de estimulación de la comunicación que podréis aplicar en casa para que el lenguaje se desarrolle de forma adecuada.
¡Y recordad que los miedos, con la ayuda de un profesional, se vuelven mucho más pequeños!
Eva Estrada (Logopeda)