Sí, siempre. No hablar con nuestros hijos de su excepcionalidad -en este caso, intelectual- es no reconocer su individualidad y eso genera una barrera entre ellos y nosotros.
El niño o la niña con altas capacidades procesa el mundo de forma diferente a todos los niveles (sensoriales, cognitivos y emocionales). Las altas capacidades son una excepcionalidad -entendida como algo escaso entre la población- por lo que es muy probable que el niño no se sienta identificado con su grupo de iguales y trate de ser aceptado por el mismo de forma que, en ocasiones, puede ser inadecuada.
Somos nosotros -padres y madres- los que debemos conectar con nuestros hijos y hablar de esas cosas que comparten con otros chavales, pero también de las que no comparten y les hacen tan especiales.
Debemos ayudarles a crear su autoconcepto, a entender quiénes son y cómo procesan el mundo. Y para esto, es importante no omitir ningún tipo de información.
Amplía este tema aquí:
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