Algo claramente observable en los niños con TDAH es la dificultad para recordar aquello en lo que han estado trabajando durante muchas horas. Nos referimos a la típica situación en la que, en el curso de un examen, no lograr contestar a ninguna pregunta a pesar de haber dedicado mucho tiempo al estudio. También vemos esta dificultad cuando, en la conversación cotidiana, no encuentran la palabra que necesitan, incluso aunque esta sea de uso muy corriente.
¿Problema de memoria?
¿Significa esto que los niños con TDAH tienen problemas de memoria?
No, en absoluto. De hecho, cuando pasa un tiempo, acceden perfectamente a la información del examen o encuentran la palabra con la que se habían trabado. La cuestión es que, justo en ese momento, bajo esa demanda concreta, no pueden acceder de forma ágil a los almacenes de memoria. La información está ahí -bien almacenada-, pero no son capaces de llegar hasta ella. No hay, por tanto, un problema de memoria, sino un problema en el funcionamiento ejecutivo que, como hemos visto en vídeos anteriores, es la gran dificultad del niño con TDAH.
Cuando una persona -sea esta adulto o niño- busca cualquier información que ha aprendido y guarda en su memoria, pone en marcha un proceso de atención selectiva: se dedica a seleccionar, entre profusión de información, aquella que es relevante en ese momento concreto. Para que esto sea viable tiene que inhibir toda la información que no viene al caso, y sabemos que, si hay algo complicado para el niño con TDAH es inhibir estímulos de cualquier procedencia.
Recursos de procesamiento limitados
El niño con TDAH, que está inmerso en un proceso que ya de por sí entraña muchas dificultades para él -la recuperación de la información-, se encuentra, además, en un contexto repleto de estímulos y fuentes de interferencia a los que también tiene que hacer frente. Inevitablemente se divide su atención y también los recursos de procesamiento con los que cuenta para llevar a cabo una tarea tan exigente como un examen.
¿Podemos hacer algo?
Podemos hacer algunas cosas para que las dificultades de acceso a la memoria afecten menos al rendimiento:- Invertir en aprendizaje: necesitamos que el aprendizaje sea práctico y funcional, ligado a las experiencias de nuestros chavales. Tenemos que conseguir un verdadero ensamblaje entre la información nueva y la ya almacenada. Un método eficaz es utilizar todas las vías sensoriales. Este aprendizaje multisensorial aporta muchas ventajas: si el niño no puede llegar a la información a través de una vía, lo hará a través de otra.
- El «toque» emocional: las emociones son la argamasa del aprendizaje. Un aprendizaje aséptico, carente de emoción, se quedará muchos menos grabado en nuestra memoria que otro vinculado con aquello que nos despierta curiosidad o asombro.
- Regular el nivel de activación: cuando estamos en el lado de la demanda y queremos que nuestro hijo nos explique algo, o si está en el colegio y necesita rendir en un examen, por ejemplo, lo primero que debemos tener en cuenta es el nivel de activación, sea este alto o bajo. Un nivel inadecuado de activación afecta al rendimiento del niño, porque genera numerosas interferencias. Si el niño está hiperactivado, le ayudaremos a que se relaje, y si está hipoactivado procuraremos estimularlo invitándolo a que corra o haga algo de ejercicio físico para alcanzar ese nivel óptimo.
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Controlar la saturación estimular: tengamos en cuenta tanto los estímulos externos como los internos, en particular, el aspecto emocional. Un examen es una situación que genera multitud de reacciones internas en cualquier niño -mucho más si tiene TDAH- causando gran número de interferencias. La atención del niño se divide entre lo emocional y la tarea que está realizando, lo que limita los recursos que puede dedicar a esta última.
- Un «empujoncito» inicial: si observamos que el niño se bloquea y entra en esa situación de «no recuerdo nada», le ayudaremos iniciando nosotros el tema. Como sabemos, nuestro hijo o hija no tiene problemas de memorización, sino de atención selectiva: le cuesta decidir qué información es relevante en cada momento. Vamos a ayudarle en el proceso de identificar en qué almacén se encuentra la información que busca. Una vez que accede al mismo, seguirá adelante de forma fluida.
- Modificar el foco atencional: si a pesar de poner en práctica lo que hemos descrito en los apartados anteriores, al niño le sigue costando encontrar la información, lo más recomendable es cambiar el foco atencional. Dejaremos ese tema para más adelante y nos focalizamos en otra tarea que requiera menos concentración y le produzca menos estrés cognitivo. Esperaremos a que su nivel de activación alcance un nivel óptimo y retomaremos la tarea en la que se estaba bloqueando.
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