En ocasiones los padres no podemos hacer este trabajo solos y necesitamos la ayuda de un profesional que analice las variables personales y contextuales que pueden estar influyendo en la vida de nuestros hijos y en la calidad de sus interacciones.
Dicho esto, padres y madres podemos -y debemos- implicarnos en la cuestión y realizar, en primer lugar, un análisis exhaustivo de lo que puede estar pasando.
Empecemos por reflexionar si hay diferencias marcadas entre el comportamiento de nuestro hijo o hija en casa y lo que ocurre fuera.
El hogar como campo de pruebas
Como señalé en posts anteriores, el contexto familiar es el campo de pruebas idóneo: en él los niños experimentan lo aprendido, yerran y aprender del error sin temor a fallar, protegidos por la red de vínculos afectivos que mantienen con sus progenitores.
Posteriormente se expondrán con lo aprendido a contextos más desafiantes -el social, por ejemplo-, donde se enfrentarán a nuevos retos imprescindibles para su aprendizaje y maduración.
Sin embargo, en ocasiones, observamos un desfase importante entre contextos. Entonces surgen los problemas.
Pensemos, por ejemplo, en un entorno familiar sobreprotector. Las herramientas que el niño aprende en casa no se adaptarán probablemente a lo que encontrará fuera. O vayamos al supuesto contrario: el niño carece de un buen vínculo con sus padres y el hogar no es un entorno seguro en el que aprender lo que necesitará más adelante.
¿Cómo podemos valorar lo que está ocurriendo?
Una estrategia sencilla es invitar a los compañeros a casa u otro lugar en el que podamos observar -por supuesto, desde la distancia y sin intromisiones- la calidad y el tipo de interacciones que nuestro hijo o hija mantiene con sus iguales. Esto nos dará una pista de la forma en cómo se interrelaciona con ellos habitualmente.
Este ejercicio de observación no solo nos permite aportar determinadas herramientas, cuando el niño las necesita, sino conocer de primera mano cuán diferente es el contexto en el que nuestro hijo se mueve cuando está fuera de casa. Y, a partir de ahí, aplicar algunos cambios en el contexto familiar que favorecerán su integración con su grupo de iguales.
mayo 7, 2024
