▶️ El hecho de que nuestro hijo o hija experimente disfluencias en el habla no implica necesariamente que desarrollará una tartamudez persistente.
▶️ A pesar de los posibles factores de riesgo, nadie puede determinar con certeza, en esta fase inicial, si se tratará de una disfluencia evolutiva o persistente.
▶️ Por este motivo, siempre debe contemplarse la intervención temprana como medida preventiva. El profesional llevará a cabo un análisis detallado del habla del niño o niña, lo que permitirá identificar si las disfluencias tienen un origen cognitivo o motor. También valorará la presencia de otros factores de riesgo, como antecedentes familiares, el momento de aparición, si se observan o no periodos sin disfluencias, etc. Esta información permitirá determinar el nivel de riesgo y, lo más importante, adoptar medidas preventivas.
▶️ Si, más adelante, se produce una remisión espontánea, como ocurre en muchos casos, será una estupenda noticia para todos. Si, por el contrario, el niño o la niña sigue manteniento este patrón de habla -y entramos en el terreno de la disfemia permanente- habremos aprovechado un tiempo precioso para incorporar estrategias útiles que le facilitarán mucho las cosas.