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Atribuciones erróneas en la dislexia no diagnosticada

Niños con dislexia y dificultades lectoras - impacto emocional

Dislexia e impacto emocional en niños y adolescentes

La viñeta de hoy surge de un hecho que observo con frecuencia en consulta: los niños con dificultades lectoras presentan una clara afectación emocional. Esta comienza a manifestarse en el segundo ciclo de Primaria y se dispara con la entrada en la adolescencia.

Por regla general, se trata de niños que carecen de un diagnóstico temprano. No se les ha explicado el porqué de sus dificultades y viven en un mundo de dudas. ¿Qué me pasa? ¿Por qué me cuesta tanto algo que para los demás parece tan sencillo?

¿Por qué algunos niños camuflan su dislexia?

El niño con dificultades severas dispara las alarmas de padres y docentes y suele ser detectado a tiempo. No es este el perfil al que me refiero en el post de hoy, sino a esos casos más leves que los alumnos van camuflando durante los primeros cursos de Primaria. ¿La razón de esa ocultación? El miedo al rechazo o a ser considerado estúpido o estúpida por los demás.

El alumno irá buscando estrategias. Evitará leer en voz alta, ocultará el hecho de que odia leer o aprenderá las lecturas de memoria. Todo vale con tal de que los otros no conozcan sus dificultades. Pero es cuestión de tiempo que su secreto salga a la luz, porque el peso de la lectura, a medida que avanzan los cursos, es cada vez mayor.

Cuando estos adolescentes llegan a consulta, presentan una elevada afectación emocional. Y todos verbalizan el mismo sentimiento: «Soy menos inteligente que los demás». A continuación, expresan su miedo a ser rechazados por su grupo de iguales. Este miedo se observa, sobre todo, en las niñas.

Lo curioso es que esto no sucede con otras materias del currículo. Ningún alumno tendrá reparos en reconocer abiertamente que se le dan mal las matemáticas, la química, el dibujo o la educación física («Es que soy malísima con los números, tía» -dirá una compañera a otra con una sonrisa- o «Está claro que el dibujo no es lo mío»).

Sin embargo, vivimos en una sociedad hiperléxica: todo pasa por la lectura y esto lleva, inevitablemente, a vincular las dificultades lectoras con la incapacidad personal.

La dislexia es un trastorno que afecta el reconocimiento preciso y fluido de las palabras. El DSM-5 la clasifica dentro de los trastornos del aprendizaje, específicamente en el subtipo relacionado con la lectura, vinculado con la conciencia fonológica. Se trata, por tanto, de una dificultad muy concreta que no afecta a las capacidades intelectuales. Sin embargo, termina siendo asociada inevitablemente, por quien la experimenta, con una baja inteligencia.

¿Cómo ayudar a los niños con dislexia?

Necesitamos un diagnóstico precoz. Y prestar especial atención a las niñas, porque ellas suelen desarrollar, con mayor facilidad, estrategias compensatorias que sortean estas dificultades iniciales, retrasando su detección. Resolvamos sus dudas antes de que empiecen a hacer atribuciones erróneas.

 

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