Dislexia y altas capacidades: ¿es correcto hablar de «dislexia leve»?
Esta mañana, una lectora nos planteaba la siguiente pregunta: ¿puede la dislexia en niños con altas capacidades intelectuales considerarse «leve» debido a su capacidad de compensación? En este artículo analizamos cómo la doble excepcionalidad influye en la lectura, el aprendizaje y el diagnóstico de la dislexia y aclaramos lo que puede considerarse «un pequeño matiz».
Evaluar el grado de afectación de una dislexia cuando existe otra excepcionalidad -en este caso, AA.CC.- es difícil, si no imposible, ya que el impacto de la dislexia sobre el rendimiento académico del alumno o la alumna dependerá de su capacidad de compensación.
El grado de afectación depende de las repercusiones sobre el aprendizaje
Cuando calificamos un trastorno en términos de grado de afectación -leve, moderado o severo- no hablamos de valores absolutos; nos referimos a las repercusiones de ese trastorno sobre el aprendizaje y no a la naturaleza del trastorno en sí.
Las personas con altas capacidades cuentan con fortalezas adicionales. El impacto de la dislexia sobre su rendimiento escolar suele ser menor, pero esto no tiene por qué significar que su dislexia sea menos relevante, sino que sus habilidades compensatorias le permiten mitigar mejor las dificultades.
No es lo mismo abordar un texto en el que el 90 % de la comprensión se extrae a través de la lectura exclusivamente -algo muy difícil si tengo dislexia– a hacerlo contando con un amplio bagaje cognitivo que puede abarcar, por ejemplo, conocimientos previos sobre el tema tratado, una estupenda memoria, además de la capacidad de inferir información a partir de pocos estímulos, relacionar conceptos con agilidad para extraer conclusiones y, en general, realizar razonamientos complejos.
En este caso, aunque la velocidad y precisión en la lectura sean menores en comparación con otros estudiantes sin dislexia, ese alumno podrá compensar sus dificultades lectoras con relativa facilidad gracias a las fortalezas citadas.
A la vista de lo anterior, lo más que podemos afirmar, sin miedo a errar, es que el impacto de la dislexia sobre el aprendizaje del alumno es menor debido a sus altas capacidades; no que su dislexia sea leve.
Incluso en buenos lectores compensatorios, la dislexia puede manifestarse en un exceso de errores ortográficos
He conocido personas con doble excepcionalidad que disfrutan con la lectura y se sumergen entre las páginas de un libro con entusiasmo. Y pese a ser grandes lectores, suelen cometer numerosos errores ortográficos al escribir, lo que indica que algunos aspectos concretos de la lectoescritura, como la ortografía -basada fundamentalmente en el reconocimiento visual de las palabras-, están afectados.
Lo que sí puede ocurrir -y de hecho ocurre con frecuencia- es que, debido a esas fortalezas cognitivas, la dislexia pase desapercibida. El resultado probable será un niño o una niña que rinden por debajo de su potencial.
Y, en ese caso, la explicación puede ser perfectamente una dislexia no detectada.
marzo 20, 2025
