En ocasiones, los padres acuden a consulta con el niño por determinadas dificultades que pueden ocultar otras causas subyacentes. Puede ocurrir, por ejemplo, que en el curso de una «valoración del lenguaje» llevada a cabo por el logopeda, el profesional observe indicios que revelen la posible existencia de otro trastorno en el que las dificultades del lenguaje que manifiesta el niño no sean más que un síntoma especialmente llamativo.
En ese caso el terapeuta recomendará y solicitará la autorización de los padres para llevar a cabo una valoración psicopedagógica completa que permita establecer un diagnóstico preciso y el oportuno abordaje terapéutico.