Se espera que el niño empiece a hablar alrededor de los 12 meses, y recalco la palabra «alrededor» porque existe gran variabilidad a esta edad. Pasará del balbuceo al balbuceo reduplicado («mmmmmmm») y de ahí a llamar a mamá cuando la necesite.
Para que se materialice la comunicación oral, deben darse una serie de prerrequisitos. Es en estos prerrequisitos en lo que debemos fijarnos los padres, ya que la ausencia de los mismos puede ser indicativa de dificultades.
¿Qué hemos de tener en cuenta antes de la aparición del lenguaje oral?
- Reacción ante los estímulos sonoros, ya se trate de un ruido inesperado, una canción que suena al otro lado de la puerta o un gesto de atención cuando se llama al niño por su nombre.
- Comprensión de órdenes rutinarias con identificación de objetos cotidianos como, por ejemplo, «Coje tus zapatos» o «Dame la pelota». Las consignas que damos al niño durante el día nos indicarán si está prestando la atención indispensable para que se produzca la comunicación.
- Uso de gestos (como el de señalar para pedir las cosas, por ejemplo) con clara intención comunicativa.
- Contacto visual. Para que exista comunicación, debe haber contacto visual, lo que demuestra que prestamos atención a nuestro interlocutor.
- Atención compartida ¿Estamos observando o haciendo referencia mi hijo y yo al mismo objeto? Si ambos jugamos a intercambiarnos una pelota, por ejemplo, será más probable que surja la comunicación.
- Estilo de juego. ¿Tiende el niño a jugar solo, sin tener en cuenta al otro, o nos busca para hacernos partícipes de algo que le sorprende o quiere?
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