La adolescencia es, sin duda, la etapa más complicada por la que transitan todos los niños en ese camino hacia la vida adulta y, precisamente por ello, también es complicada para papás y mamás que, con frecuencia, no saben cómo ayudar a sus hijos a ser felices.
Debemos tener claro…
Los niños consolidan su personalidad en la etapa de la adolescencia. En este periodo de desarrollo se van reconociendo como personas independientes, autónomas y capaces de desenvolverse y gestionar su vida por sí solas. Durante este proceso incorporarán, a través de la experiencia directa, todas las herramientas de las que se valdrán en su vida adulta.
Para que el adolescente pueda hacer ese trabajo personal de autoconocimiento, de reconocimiento y de consciencia respecto a lo que puede o no puede hacer, lo que le interesa o no le interesa, es necesario que se aleje de las figuras de referencia. Solo así podrá definir su autoconcepto y consolidar su autoestima.
Los padres tenemos que ser conscientes de esto. Este distanciamiento -a veces un poco brusco- es algo completamente normal. Es más, debe producirse.
Nuestros hijos adolescentes no harán este cambio solos: estarán acompañados por su grupo de iguales. Serán estos quienes, de forma natural, irán reconociendo en ellos las personas que son, fortaleciendo el autocepto del que hemos hablado, porque el adolescente se reconoce dentro de ese grupo.
Aunque forme parte del desarrollo natural de la persona, este trayecto no será fácil. A lo largo del mismo nuestro hijo o hija se encontrará con muchas situaciones problemáticas que probablemente no sepa resolver.
¿Cuál es nuestra labor como padres?
En primer lugar, entender que el adolescente necesita espacio. Necesitamos soltar su mano para permitirle que explore, que aplique todo lo que papá, mamá o el adulto de referencia le fueron enseñando durante los años de infancia -esa labor tan importante que los padres hemos hecho antes de la entrada en la adolescencia-.
En segundo lugar, ofrecer a nuestros hijos amor incondicional. El hecho de que les dejemos espacio no tiene que confundirse con desaparecer de sus vidas. Nosotros, los padres, siempre estaremos ahí. Nuestro hijos adolescentes nos necesitan, pero de otra forma. Probablemente en un lugar más secundario.
Así es: ocuparemos un lugar detrás del telón, pero estaremos presentes de forma que, cuando nuestro hijo o hija adolescente se encuentre con un problema, con una situación que no sepa resolver, tenga claro cuál es el camino que debe seguir para encontrar a mamá, a papá o al adulto que le echará una mano.
marzo 26, 2022
