Crece el número de adultos diagnosticados de TDAH
Aunque la disponibilidad de información sobre la materia ha aumentado el diagnóstico de TDAH en adultos, una de las principales causas sigue siendo el diagnóstico de los hijos. Debido a la carga genética de este trastorno, muchos padres y madres se ven reflejados en sus hijos y, al conocer su diagnóstico, deciden someterse también ellos a una valoración que en muchos casos les revelará por qué les resulta tan difícil lo que para la mayoría parece tan fácil.
Muchos padres de niños con TDAH se sienten identificados con la sintomatología de sus hijos antes de que estos sean diagnosticados, bien porque han experimentado vivencias parecidas en su niñez o porque siguen arrastrando esos síntomas en la actualidad y viven, en sus propios contextos, problemáticas parecidas.
Cuando esto ocurre es conveniente acudir a un especialista para que inicie el proceso de evaluación:
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Comenzamos con una entrevista exhaustiva para establecer si esos síntomas ya existían en la infancia, en particular, en la etapa escolar, porque el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo y, por tanto, está presente en el niño desde que nace. Dado que la persona ha sufrido, por regla general, problemas a lo largo de su desarrollo, suelen conservar un buen recuerdo de aquella época. Sin embargo, también puede ser útil entrevistar a otras personas que han convivido con ella, si es necesario rellenar algunas lagunas.
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El paso siguiente es analizar si puede haber, en el momento actual, algún otro trastorno o motivo que explique mejor la sintomatología o que se produzca de forma comórbida.
Con el tiempo, los adultos desarrollan estrategias para compensar las dificultades que ocasiona el TDAH. Observamos, por ejemplo, comportamientos repetitivos como comprobar una y otra vez si han guardado las llaves por temor a olvidarlas. Esto puede inducir a error haciéndonos creer que existe un trastorno de tipo compulsivo.
- Por último, realizamos una evaluación neuropsicológica para valorar las funciones cognitivas deficitarias en el TDAH, en particular, procesos atencionales y funciones ejecutivas.
Una vez que determinamos la existencia de sintomatología característica de un TDAH, que no podemos explicar mejor con otro tipo de trastorno, se inicia la intervención psicológica -tras una detallada explicación de en qué consiste el trastorno y de qué forma está afectando a la vida cotidiana del paciente- que se combinará, si es necesario, con tratamiento psicofarmacológico.
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