Aunque los tratamientos, ejercicios y materiales logopédicos están principalmente orientados a la población infantil que padece este tipo de dislalia selectiva, ello no significa que adolescentes y adultos no puedan beneficiarse de la ayuda del logopeda para mejorar su dicción.
Son muchos los factores que intervienen en la producción del fonema /r/ tales como la coordinación lingual, la actividad fonatoria de la laringe (vibración de las cuerdas vocales), la articulación (disposición de los órganos articulatorios), el lugar de articulación (punto del tracto oral donde se obstaculiza la salida del aire) o la capacidad respiratoria. Y todos estos factores han de coordinarse debidamente para pronunciar correctamente la /r/.
Una vez descartados problemas orgánicos que impiden la emisión de determinados sonidos (frenillo sublingual, deficiente oclusión dental, hendidura palatal o leve pérdida auditiva, entre otros), el logopeda propondrá ejercicios específicos de relajación, respiración y soplo, movilidad (praxias linguales, labiales y mandibulares) y repetición destinados a superar el rotacismo.
No trato de minimizar la dificultad de corregir un defecto que, al no haber sido debidamente tratado durante la infancia, ha ido afianzándose y agravándose con los años. Obviamente, el proceso de «reeducación tardía» requerirá una buena dosis de esfuerzo, paciencia y constancia por parte del paciente. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que el deseo e interés del adolescente por corregir una dificultad que conduce a situaciones de inhibición, inseguridad y frustración y que, en muchas ocasiones, limita su capacidad de expresión y comunicación, es una poderosa herramienta que no podemos infravalorar.
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