Se conoce como encefalitis la inflamación aguda del tejido cerebral, causada generalmente por una infección vírica (virus de la varicela-zóster, virus de la rabia u otros virus transmitidos por parásitos o mosquitos) que afecta, en particular, a niños o adultos con el sistema inmunológico debilitado.
Es una patología poco frecuente, pero cuya sintomatología puede ser muy grave: fiebres altas, dolor de cabeza, llanto inconsolable, mareos y náuseas, rigidez de cuello, modificación de conducta, crisis convulsivas, pérdida de memoria, sueño e incluso coma.
El diagnóstico de la encefalitis puede requerir pruebas de laboratorio (análisis de sangre y de líquido cefalorraquídeo), así como imágenes cerebrales (resonancias magnéticas o tomografías computarizadas).
El tratamiento de la encefalitis a menudo implica el manejo de los síntomas y puede incluir medicamentos antivirales (si la causa es viral), corticosteroides para reducir la inflamación, fármacos anticonvulsivos y, en casos graves, cuidados intensivos.
Algunos niños que han padecido encefalitis presentarán secuelas, ya sea en forma de dificultades en el aprendizaje, el habla, el control muscular o la funcionalidad de la audición.
Por ello, una vez superada la fase aguda y el periodo de hospitalización es importante iniciar la rehabilitación mediante intervención psicológica, logopédica y/o fisioterapia, tanto para recuperar las funciones alteradas por la inflamación, como para que el niño pueda desarrollar todo su potencial.