La discalculia se ha dividido tradicionalmente en cuatro tipos característicos:
Discalculia primaria: trastorno relacionado exclusivamente con el cálculo, unido a una lesión cerebral. No se relaciona con alteraciones del lenguaje.
Discalculia secundaria: se acompaña de dificultades en el lenguaje y baja capacidad de razonamiento y forma parte de un cuadro más complejo caracterizado por un déficit general de aprendizaje. El niño confunde las cifras (al leerlas o escribirlas) y grafismos o los invierte, muestra dificultades para escribir símbolos matemáticos, realiza cálculos mentales sencillos con extrema lentitud y no comprende el enunciado de los problemas.
Disaritmética: el niño muestra grandes dificultades para comprender el mecanismo del cálculo y el vocabulario relacionado con el mismo y resolver sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
Discalculia espacial: dificultad en la organización espacial. El niño no es capaz de organizar los números en columnas. Con frecuencia se acompaña de desorientación espacio-temporal y de apraxia constructiva (dificultad para copiar figuras sencillas).
Por lo general, el problema se percibe en la etapa de primaria debido a las mayores exigencias, si bien podemos detectar algunos primeros signos de alerta en la etapa de infantil.
Signos de alerta
- El niño utiliza los dedos para contar del 1 al 5 (3º de infantil).
- Muestra dificultades para contar hacia atrás del 5 al 1 (3º de infantil).
- Confunde las operaciones matemáticas: no entiende cuando hay que sumar y cuando hay que restar.
- Comete errores de transcripción, por ejemplo, al escribir números dictados.
- Dedica mucho tiempo y esfuerzo a hacer las tareas de matemáticas.
- Muestra signos de ansiedad y de bloqueo cuando se enfrenta a las matemáticas.