En Psicología y Logopedia BlaBla tratamos con población infantil y, con frecuencia, colaboramos con especialistas en otros campos para atender al niño que presenta un desarrollo diferente.
Hoy tenemos el placer de hablar con nuestra colaboradora Eva Angulo, Maestra de Educación Infantil y Psicomotricista .
Eva, me gustaría empezar preguntándote qué es la psicomotricidad
La psicomotricidad es la disciplina que tiene como base la visión integral de la persona y, por ello, se encarga de la interacción entre el cuerpo, el movimiento, el pensamiento y la emoción.
La principal finalidad de la psicomotricidad es desarrollar las competencias motrices,cognitivas y socio-afectivas que el niño manifiesta a través del juego y del movimiento.
¿Cómo ayuda la psicomotricidad a los niños?
Les ayuda a conocer su propio cuerpo, sus posibilidades de acción, las sensaciones que acompañan al movimiento (no solo a tomar conciencia de estos elementos, sino también a simbolizarlos y representarlos), a relacionarse con los otros, a sentirse más seguros emocionalmente y a conocer su cuerpo en el espacio y el tiempo. También el placer de comunicar. Y este placer de comunicar les lleva al placer de actuar y pensar.
¿A qué edad está indicada la psicomotrocidad?
La psicomotricidad educativa está indicada desde el año hasta los 7 u 8 años. La psicomotricidad de ayuda, reeducativa o terapéutica está recomendada desde los 3 hasta los 8 o 9 años. También se trabaja con adolescentes, pero yo me he centrado en los niños.
¿Qué es la psicomotricidad fina y cómo puede mejorar con este tipo de intervención?
Cuando hablamos de psicomotricidad fina, nos referimos a la coordinación de movimientos musculares muy precisos de partes específicas de nuestro cuerpo como pueden ser, en el caso de la escritura, las manos y los dedos. La psicomotricidad gruesa ayuda a mejorar la psicomotricidad fina. La ley del desarrollo distal explica que el desarrollo se produce del interior al exterior de nuestro cuerpo. Cuando trabajamos los segmentos globales ayudamos a que el niño vaya tomando conciencia de las partes segmentadas de su cuerpo, hasta llegar a las partes más específica y finas del mismo.
Si queremos trabajar la psicomotricidad fina debemos empezar por la gruesa -la parte que segmenta el cuerpo- para que el niño pueda trabajar después esas partes más finas como pueden ser, por ejemplo, los dedos.
Refiriéndonos ahora a los niños más pequeños, ¿es importante que gateen antes de caminar?
El gateo es muy importante y, sobre todo, cómo el niño llega al gateo. Debemos tener en cuenta que el desarrollo motor, durante el primer año de vida, consiste en el encadenamiento de posturas que trasladan al niño desde la posición tumbada a la verticalidad. Lo importante es que el niño las adquiera por sí mismo y que llegue al gateo sin intervención adulta. El gateo potencia la coordinación de ambos lados del cuerpo y fortalece la musculatura corporal. Cuando el niño gatea, levanta parte de su cuerpo sobre manos y rodillas y siente sensaciones que van integrando como conciencia corporal. Y no olvidemos que el gateo también desarrolla la curvatura plantar.
¿Es importante el gateo para el desarrollo de los dos hemisferios cerebrales?
Sí, muy importante. Con este encadenamiento de posturas que se produce durante el primer año, al que antes hacía referencia, el niño va integrando partes de su cuerpo que irá ampliando poco a poco a medida que crece: toma conciencia del cuerpo y de su volumen corporal. El gateo y el trabajo coordinado de ambas parte del cuerpo -proceso en el que intervienen los dos hemisferios- favorece la construcción de la lateralidad.
¿Por qué es tan importante el primer año de vida en el desarrollo del niño?
En esa etapa se establecen las bases de nuestra seguridad afectiva (se crea un estrecho vínculo entre el niño y su figura de referencia) y también el desarrollo motor que permitirá después adquirir aprendizajes más complejos a nivel cognitivo, corporal y psíquico.
Durante ese primer año se dan muchos hitos. ¿Cuáles destacarías a nivel motriz?
En tan solo un año el niño pasa de estar tumbado a ponerse de pie, todo un logro. ¿Cuáles son las posturas más importantes? Desde la postura de «boca arriba», el niño es capaz de girar y pasar al «tumbado ventral»; después empieza con el gateo, se sienta y se pone de pie.
¿Cómo podemos ayudar al niño en casa en esas fases?
A partir de los cinco meses podemos dejar al niño sobre el suelo duro, utilizando una manta fina, en la posición de «tumbado dorsal». Pondremos cerca de sus hombros dos o tres objetos que pueda ver cuando gire la cabeza de un lado a otro. Comenzará estirando los bracitos y después, poco a poco, también estirará las manos. Utilizaremos objetos livianos y sencillos que pueda coger y manipular fácilmente.
mayo 31, 2022
