A lo largo de la vida se produce un progresivo deterioro de las capacidades físicas, psíquicas y sociales asociado a la edad que afecta a complejos procesos cognitivos involucrados en el lenguaje como la atención, el aprendizaje o la memoria. La pérdida de memoria, en particular la de trabajo, se manifiesta en la incapacidad o dificultad para encontrar el término buscado, en los tiempos de respuesta prolongados, en la falta de estructuración en el discurso o en las alteraciones en la comprensión. El aislamiento y el papel meramente pasivo que asume el anciano produce sentimiento de tristeza y soledad, falta de motivación y baja autoestima. En este contexto, la comunicación con familiares y cuidadores asume vital importancia como recurso motivador y terapéutico.
A continuación figuran algunos consejos que facilitarán la conversación con los mayores:
- Evita ruidos de fondo (varias personas hablando simultáneamente, murmullo de radio o televisión): además de otras alteraciones asociadas a la edad que dificultan el habla y la comprensión, el mayor también puede sufrir un déficit auditivo, por lo que un entorno tranquilo y silencioso evitará distracciones y frustrantes esfuerzos para discriminar sonidos. Comprueba que tu interlocutor se siente a gusto en ese entorno.
- Ten en cuenta el volumen de tu voz, la entonación, la dicción y la velocidad de tu discurso. No se trata de gritar sino de hablar pausada y claramente con un volumen de voz que resulte cómodo y agradable para todos.
- Dirige tu voz hacia tu interlocutor cuando hables. El contacto visual también es importante.
- Habla de temas con los que la persona mayor esté familiarizada o que despierten su interés. Trata de utilizar frases claras, preferentemente concisas, sin expresiones complicadas o rebuscadas, y repítelas si crees que no las ha entendido.
- Formula preguntas directas que tu interlocutor pueda responder fácilmente y facilítale la toma de decisiones («¿Te apetece un café?» mejor que «¿Quieres beber algo?»).
- Cíñete a un tema. No saltes de una idea a otra.
- Deja que tu interlocutor hable de sus recuerdos. Aunque el rendimiento de la memoria de trabajo puede verse afectado, la persona mayor conserva, sin embargo, la memoria episódica retrospectiva (recuerdos autobiográficos) lo que le permite recordar hechos que ocurrieron durante su juventud y disfrutar contándolos.
- Escucha activamente: los gestos, las ayudas visuales y el contacto pueden facilitar la conversación.
- Olvida las prisas. No atosigues a tu interlocutor y deja que se tome su tiempo para responder. La paciencia, el cariño y el respeto son la mejor terapia.
- Recuerda los innumerables beneficios de la escucha empática: nada hay tan gratificante (y esto es independiente de la edad) como percibir que la persona a la que nos dirigimos se interesa por lo que decimos y, sobre todo, por lo que sentimos.