La deglución atípica es una forma de tragar alterada que no ha evolucionado tal como cabría esperar; viene a ser una reminiscencia de cómo tragábamos cuando éramos pequeños. El niño (o el adulto) posiciona la parte anterior de la lengua presionando y ejerciendo una fuerza intensa contra los incisivos. Necesita, además, hacer uso de la musculatura adyacente para poder enviar el bolo alimenticio hacia el esófago y suele acompañarse de movimientos de los orbitales e incluso del cuello para impulsarlo hacia el canal digestivo.
Algunas repercusiones de la deglución atípica
- Mordida abierta: la parte anterior de la boca no cierra bien y se produce un agujero por el que se escapa la lengua continuamente.
- Diastemas: así es como se conoce a la separación anormal entre los dientes provocada, en este caso, por la presión de la lengua.
- Problemas en la articulación de algunos fonemas.
Tal vez consideremos todo lo anterior meros defectos estéticos, pero a la larga pueden causar serios problemas en la dentadura adulta.
¿A que edad se corrige?
En el gabinete empezamos a trabajar la deglución atípica en niños de seis y siete años y, por supuesto, en adultos. En estos últimos, el proceso es más complejo porque ya son muchos años de instauración del mal hábito, pero sabemos que pueden llegar a corregirlo realizando un trabajo sistemático y frecuente con la ayuda de un buen asesoramiento especializado.
¿Cómo deberíamos tragar?
Manteniendo una buena posición de la espalda y de todos los ejes de nuestro cuerpo, con la cabeza erguida (sin desplazarla hacia delante ni hacia detrás), respiración oral, un buen posicionamiento de la lengua tocando el paladar y sin ejercer movimientos asociados con los labios o el cuello.
Cuando corregimos, ¿antes o después de la ortodoncia?
Debemos corregir la deglución atípica antes de colocar la ortodoncia porque, de lo contrario, de poco nos van a servir los aparatos. Una vez que el niño tenga correctamente colocada la dentadura y el ortodoncista retire la ortodoncia, la lengua seguirá presionando contra los dientes, que se volverán a separar. Es imprescindible empezar a trabajar antes de la ortodoncia para evitar que esto ocurra.
Amplía este tema aquí: