La dificultad para articular la /r/ fuerte, múltiple y vibrante del español recibe el nombre de rotacismo. Al igual que el resto de las dislalias podemos trabajarla en edad infantil y adulta.
En el paciente infantil este sonido no suele trabajarse antes de los seis años, porque se considera que el niño no está todavía preparado para articularlo. La /r/ es uno de los últimos fonemas que adquirimos en el habla española.
¿Por qué se da el rotacismo?
El rotacismo suele darse por causas orgánicas:
- Frenillo lingual corto que impide colocar el ápice lingual en el punto de articulación adecuado.
- Alteración de la musculatura, bien porque esta sea hipotónica (falta fuerza para articular ese sonido) o, por el contrario, hipertónica (el exceso de rigidez no permite que la lengua vibre correctamente).
- Dificultad en la discriminación auditiva que hace que el niño pequeño sustituya la /r/ por otro fonema.
Son muchas las posibles causas, por lo que tendremos que identificar cuál subyace tras cada caso concreto para poder trabajar sobre ella.
¿Cómo trabajamos el rotacismo?
En primer lugar tenemos que descartar una causa orgánica que requiera tratamiento médico quirúrgico. A continuación, entrenamos esa lengua para que se posicione en el punto de articulación correcto y ejerza la fuerza y vibración necesarias para producir ese sonido. Al principio trabajamos el fonema de forma aislada hasta obtener el sonido /r/ por sí solo, sin emitir ninguna palabra ni acompañarlo de sonidos vocálicos. Utilizamos para ello técnicas de terapia miofuncional y posturas facilitadoras.
Una vez obtenemos el sonido aislado, lo trabajamos como parte de una sílaba indirecta (como puede ser «ar») y de una sílaba directa («ra», por ejemplo).
Incorporamos después el fonema a palabras inventadas o pseudo-palabras, es decir, palabras que no estén contaminadas por el experiencia previa del paciente y que, por tanto, no pronuncia incorrectamente.
Una vez superado este hito, trabajamos sobre palabras conocidas y frases.
¿Se hereda el rotacismo?
Muchos pacientes nos preguntan si el rotacismo tiene un componente genético. Todavía no tenemos la absoluta certeza de que sea así y nos encontramos con niños y adultos con rotacismo en familias sin ningún caso previo conocido. Pero, en ocasiones, el rotacismo del paciente también se observa en el padre, en el abuelo, en el bisabuelo… La razón puede ser que cada uno de ellos haya recibido y esté imitando un mal modelo.
El trabajo que realizamos con el paciente adulto es muy gratificante porque, aunque la tarea es más costosa que en el caso del paciente infantil -son muchos años de pronunciar mal un sonido-, cuando logran corregirlo la satisfacción es inmensa. Por ello, os animamos a adultos y pequeños a trabajar la /r/ con un terapeuta especializado.