La difícil gestión del éxito
… o Virgencita que no me toque Recuerdo que siendo niña, había una familia que nos llamaba particularmente la atención entre las que venían a recoger a sus hijos al colegio, porque encarnaba, a nuestro juicio infantil, el epítome de familia de Hollywood: guapos, simpáticos, cordiales y siempre amorosos. Quizás por eso, cayó como un bombazo la noticia de que el hogar idílico se
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