Durante los talleres de formación de familias fomentamos la intervención de los papás y mamás porque estamos convencidos de que las preguntas que plantean y sus experiencias de primera mano son de gran utilidad para el resto de los participantes. En las líneas siguientes recogemos algunas de las preguntas formuladas durante el taller «TDAH y pautas para casa». Ante la cantidad de consultas recibidas hemos dividido esta sección en dos entradas.
[1] Mi hijo lo pasa muy mal en el colegio y no sé cómo ayudarle.
[2] El psiquiatra ha medicado a mi hijo tras una consulta de 45 minutos. ¿No debiera hacerse un estudio exhaustivo antes?
[3] El neurólogo cree que nuestro hijo de 3 años puede tener TDAH, pero es demasiado pequeño para evaluarlo.
[4] Mi hijo ha aprobado el curso y no consideran necesario valorarlo, pese a sus dificultades.
[5] Vivimos en España desde hace un par de años y mi hijo está siendo medicado para hacer frente a las exigencias del sistema educativo español por la falta de cualquier otro apoyo.
Mi hijo lo pasa muy mal en el colegio y no sé cómo ayudarle.
Volvemos a lo de siempre. Es difícil actuar sobre el malestar que el niño experimenta en el colegio ya que forma parte de la mochila que porta, de esa experiencia que vive día tras día. ¿Qué podemos hacer en casa para ayudarle? No entrar en esa dinámica. Lo que pasa en el cole se queda en el cole. Vamos a compensar ese malestar a través de situaciones que no le resulten conflictivas, de forma que la vuelta a casa no sea un «más de lo mismo».
Estas situaciones no sólo son dolorosas para el niño, también los padres sufren. Por eso recomiendo que pidáis ayuda profesional. Muchas veces no es necesario acudir a muchas sesiones (en particular, si las circunstancias de la familia no lo permiten). Unas cuantas sesiones con los padres en las que se analizan las dinámicas familiares, el estilo parental y la interacción padres-hijos bastan para detectar conductas que no funcionan y ofreceros estrategias que permiten reconducir situaciones y eliminar comportamientos que no aportan nada positivo. Consideradlo como una buena inversión, ya que una vez formados, podéis poner esos aprendizajes en práctica a medida que el niño crece. Lo que no tiene sentido es que el adulto que actúa como «prefrontal» del niño y es el encargado de acompañarlo y guiarlo, esté estresado, agobiado o deprimido. En ese estado no podrá ayudar a su hijo.
Papás y mamás tenéis que ir un paso por delante del niño para acompañarlo y poder anticiparos a lo que, si no estuvieseis vosotros, sería un fracaso seguro. Vuestro hijo os está diciendo «ayúdame a controlar porque yo no puedo». Y para ello, tenéis que estar emocionalmente fuertes, informados y contar con estrategias adecuadas.
Si se te está haciendo complicado -lo que es normal- te recomiendo que solicites ayuda para ti. Es muy posible que en este momento trabajar contigo que con el niño.
El psiquiatra ha medicado a mi hijo tras una consulta de 45 minutos. ¿No debiera hacerse un estudio exhaustivo antes?
Hay ciertos hitos en el desarrollo del niño que nos ayudan a entender su nivel de maduración. Los 7 años es un hito importante en lo que se refiere a la maduración de las funciones ejecutivas. Teniendo en cuenta que tu hijo está en pleno desarrollo, tendría que haber unos síntomas muy limitantes para aconsejar la medicación. Trabajo con muchos niños que han sido medicados a los 5 y 6 años, pero la afectación era muy grande y estaba impidiendo su desarrollo en muchas áreas. No me parece correcto dar medicación a un niño al que no se le ha hecho una valoración neuropsicológica rigurosa. La cuestión es que cuando hay mucha alteración conductual y dificultades observables, algunos profesionales recetan medicación sin más. En mi caso, suelo ser muy precavida en este sentido y busco siempre el equilibrio entre sintomatología del niño y la introducción temprana de medicación.
Ten en cuenta, además, que el tratamiento farmacológico por sí solo no sirve de nada. Tiene que ir acompañado de intervención terapéutica que abarque tanto al niño como a los padres.
El neurólogo cree que nuestro hijo de 3 años puede tener TDAH, pero es demasiado pequeño para evaluarlo
En niños tan pequeños con determinada sintomatología recomiendo no esperar al diagnóstico, porque hay una realidad: vemos cosas en el niño que nos llaman la atención. Cuanto antes se intervenga, mejor, porque la plasticidad neural entre los 0 y 6 años es increíble y el aprendizaje adquirido en esa etapa es muy significativo.
No te enfoques en la evaluación, sino en la estimulación. El niño es muy pequeño, pero no está de más contar con un profesional que haga un seguimiento antes de la evaluación. El tiempo que dediques ahora a intervenir sobre su lenguaje, conducta y atención es tiempo ganado.
En BlaBla tratamos con niños muy pequeños que acuden al centro para recibir estimulación. Si, a medida que crecen, observamos funciones o comportamientos que no se ajustan al desarrollo esperado, proponemos la evaluación. Una cosa no quita la otra.
Mi hijo ha aprobado el curso y no consideran necesario valorarlo, pese a sus dificultades.
Todas las historias que nos contáis los padres tienen el mismo denominador común: reducir toda la complejidad del niño a su rendimiento académico. Si saca malas notas, todo va mal. Si saca buenas notas, todo va bien, no importa que se sienta frustrado, tenga ansiedad o problemas de socialización. A esto se suma la práctica de poner ayudas in extremis, es decir, de realizar las adaptaciones metodológicas cuando el niño ya muestra síntomas claros de malestar.
¿No será mejor que, habiendo un diagnóstico de base que indica las dificultades del niño, pongamos las ayudas necesarias para evitar el fracaso? Esto también lo podemos aplicar los padres: no esperemos a que nuestros niños manifiesten síntomas de malestar emocional, porque en ese caso estaremos llegando tarde. Seremos mejores educadores si somos capaces de anticiparnos a esa situación.
Vivimos en España desde hace un par de años y mi hijo está siendo medicado para hacer frente a las exigencias del sistema educativo español por la falta de cualquier otro apoyo.
El camino es dar visibilidad y normalizar el TDAH. En este sentido es importante la labor que hacen las asociaciones y los profesionales a través de charlas formativas. Todos tenemos que poner nuestro granito de arena para que estos chavales sean tomados en serio. Es un camino arduo, pero estamos observando cambios. Hoy estáis aquí un montón de gente, algo que probablemente no hubiese sucedido en el pasado. Tengo claro que vosotros, papás y mamás, sois los que conocéis la mejor versión de vuestros hijos; eso que ocultan las etiquetas. Y quién mejor que los padres para sacar a la luz todas las bondades que con frecuencia vemos en los niños con TDAH. Todo cuanto hagáis desde los primeros años de vida de vuestros hijos hasta que cumplan los 18 años será el mejor de los regalos, porque hará que se desarrollen como adultos sanos y autónomos.
Icíar Casado (Psicólogo)